3 (2)
<i>Por Álex Rovira</i>
Por Álex Rovira

Capítulo III

La suerte no dura para siempre

6 meses después de su último encuentro

Belén cada vez se siente con menos energía.

Parece que cada vez piden más en las entrevistas; dos años de experiencia o un nivel de estudios superior.

De hecho, en la última de ellas, la encargada le confesó que el único perfil sin experiencia que contratan las asesorías son aquellos con máster por más que se haya formado con cursos por su cuenta. Incluso le recomendó un máster en asesoría financiera que es el puesto más solicitado.

Por fin Belén tenía una pista y una respuesta al porqué de tanto rechazo.

Así que buscó información sobre el máster con toda su ilusión y al volver a casa fue corriendo a hablar con sus padres para pedirles ayuda al pagarlo.

Pero no encontró la respuesta esperada:

—¡Mamá! Hoy he pasado una entrevista y ¿a que no sabes qué me han dicho?

—¡No me digas que te han contratado!

—No… Ojalá… Pero la entrevistadora ha sido muy buena conmigo y me ha recomendado que haga un máster en asesoría financiera porque es el tipo de perfil que están contratando.

—¿Y cómo te lo vas a pagar?

—Bueno, había pensado que quizás papá y tú me lo podríais pagar como la universidad. Ya tengo la información y todo. Mira, aquí traigo la matrícula.

—Hija… desde que tu padre se jubiló sabes que no podemos. Ya nos costó bastante el poder pagarte la universidad y este máster es bastante más caro. Si vamos apretados ya con lo que tenemos.

—Ya…

El padre escuchó la conversación, se unió y junto a la madre intentaron consolar a Belén animándola a seguir buscando, pero Belén tenía claro que ese ya no era el camino.

Incluso, al final, Belén acabó animando a sus padres porque se sentían culpables por no poder ayudar a su hija.

—Mirad. No os preocupéis. Tenéis razón. No puedo depender de vosotros para mantenerme. Demasiado que tengo casa y comida pagada. Voy a buscar trabajo de lo que sea y con eso me pagaré los estudios.

—Ay, hija… ¿Y dónde vas a trabajar?

—Conozco una cafetería donde buscan una camarera. ¡Preguntaré allí!



Mientras tanto, Sara también sigue como siempre.

Sigue su rutina diaria, hace lo que le dice “la jefa” y cobra su sueldo fijo a final de mes. Además, como ahora tiene dinero para todos sus caprichos, es la envidia de sus amigos.

Ni se acuerda de la vida universitaria. Vive como nunca.

Hasta que recibe una llamada inesperada de su madre al despacho.

—Siéntate. Tengo que contarte algo. De hecho, eres la primera a la que se lo comento, hija, pero me temo que estamos en un apuro.

—¿Qué pasa?

—Vamos a cerrar la empresa.

—¿Cómo?

—Sí. No hay más remedio. Hemos tenido una serie de problemas estos últimos meses debido a la situación que estamos pasando y…

—¿Pero qué ha pasado? —le pregunta Sara, alarmada por la noticia.—Hay trabajo, tenemos cuentas de clientes importantes que gestionar y hay ingresos.

—Sí, Sara, pero no tanto como antes. Ni siquiera para mantener la estructura de la empresa. Muchos clientes se han ido, tenemos una deuda acumulada muy grande y ya no nos queda de dónde recortar.


Al ver que su hija no termina de asimilarlo, su madre intenta normalizarlo.


—Así son las cosas, esto pasa. Has asesorado a empresas con esta misma situación. Sabes que no es fácil mantener un negocio de este tamaño. La situación es la que es y se ha hecho todo lo posible, pero es que no queda otra solución y también yo tengo una edad para andar levantando esto de nuevo.

—Ya… ¿y cuándo será?

—Pues cerramos a final de mes. Te recomiendo que los días que quedan te tomes las vacaciones y así te ahorras todo el lío del cierre.

Sara se fue casi sin decir media palabra.

Tenía sentimientos encontrados con su madre a la que veía como una empresaria de éxito y ahora se llevaba este jarro de agua fría.

No obstante, lo que más le atormentaba mientras recogía sus cosas era cómo iba a explicarle todo a ese grupo de amigos con los que presumía de lo bien que le iba y lo importante que era su madre.

¿Quién crees que está en una peor situación?

Haz clic en la opción que consideres correcta para ver cómo sigue la historia

Belén

Ha tenido que dar un paso atrás para poder pagarse los estudios y sigue sin experiencia de lo suyo.
Buena Suerte, mala suerte… ¡Quién sabe!

Sigue adelante y compruébalo.
VER SIGUIENTE CAPÍTULO

Sara

Se ha quedado sin trabajo y menos formación que otros, pero tiene 9 meses de experiencia y contactos.
Buena Suerte, mala suerte… ¡Quién sabe!

Sigue adelante y compruébalo.
VER SIGUIENTE CAPÍTULO

Comenta...

Scroll al inicio